Un mitómano es una persona que miente de forma compulsiva y con frecuencia. La mentira es una característica fundamental de su personalidad, y puede llegar a construir todo un mundo de fantasías y creencias falsas en torno a sí mismo. Consultando la etimología, podemos ver que el término mitómano proviene del griego μῦθος (muthos), que significa «mentira», y μανία (mania), que significa «locura».
Según el Diccionario de la Real Academia Española, un mitómano es una persona que padece mitomanía, que se define como «un trastorno psicológico caracterizado por la tendencia patológica a la invención y creencia de mentiras sin motivo aparente». En otras palabras, un mitómano no miente por necesidad o para obtener algún beneficio, sino que lo hace de manera compulsiva y sin motivo aparente.
Los mitómanos suelen tener problemas para mantener relaciones interpersonales saludables, ya que sus mentiras pueden generar desconfianza y dificultades de comunicación. Asimismo, pueden desarrollar trastornos de ansiedad o depresión como consecuencia de su necesidad de mantener sus mentiras y fantasías.
Algunos ejemplos de conductas de un mitómano pueden incluir inventar historias acerca de su vida para llamar la atención, exagerar logros y habilidades, inventar enfermedades o situaciones extremas para llamar la atención, y negar la realidad o hacer afirmaciones falsas incluso cuando se les presenta evidencia en contra.
En resumen, un mitómano es una persona que padece un trastorno psicológico que le lleva a mentir de manera compulsiva y sin motivo aparente. Si conoces a alguien que presenta estas conductas, es importante que busque ayuda de un profesional de la salud mental para poder entender y tratar el problema de manera adecuada.