El positivismo es una corriente filosófica que se desarrolló en el siglo XIX y que sostiene que el conocimiento científico es la única forma de conocimiento válido. Según esta corriente, el método científico es el único medio de obtener conocimientos objetivos y universales, y que todas las verdades deben ser comprobables mediante la observación empírica y la experimentación.
El positivismo sostiene que el conocimiento debe ser útil para la sociedad, y que la ciencia debe aplicarse para resolver los problemas sociales y mejorar la vida de las personas. Esta corriente de pensamiento también defiende la idea de que la realidad es objetiva y que puede ser estudiada de forma neutral y desapasionada.
El positivismo se divide en dos etapas principales: el positivismo clásico y el positivismo lógico. El positivismo clásico, representado por Augusto Comte, consideraba que la filosofía debía basarse en el método científico y que el objetivo de la ciencia era describir y explicar los fenómenos naturales. Por su parte, el positivismo lógico, representado por el Círculo de Viena, consideraba que la filosofía debía reducirse a la lógica y al análisis del lenguaje.
El positivismo ha influido en muchas áreas del conocimiento, incluyendo la sociología, la psicología y la economía. Sin embargo, también ha sido criticado por algunos pensadores, que consideran que su énfasis en la observación empírica y en la ciencia como única fuente de conocimiento deja de lado otros aspectos importantes de la experiencia humana, como la subjetividad, la experiencia estética y la dimensión moral.
Fuentes:
- Real Academia Española. (2021). Positivismo. En Diccionario de la lengua española. Recuperado de https://dle.rae.es/positivismo
- López, A. (2010). Positivismo. En Enciclopedia filosófica en línea. Recuperado de https://www.filosofia.org/enc/ros/posit.htm